Sergio A. Vistrain[1]
Juan M. Rico-López[2]
Objetivo. La presente investigación tuvo como objetivo identificar cómo es que se perciben, entre la población hispano parlante, los efectos de la Covid-19, a 24 meses del inicio de la pandemia, es decir, cuando ya en muchos sitios los gobiernos comenzaban a comunicar a la población que era momento de relajar las medidas sanitarias de protección, podría decirse que “bajo el entendido de que la pandemia había terminado”. Metodología. La aproximación metodológica al tema fue a través de la netnografía o, más específicamente, de la “escucha social”, para luego realizar un análisis cualitativo, mediante codificación y categorización, utilizando para ello el programa NVivo-12. Muestra. Se obtuvieron 1605 comentarios (tuits y retuits), emitidos por 1516 autores (tuiteros hispanohablantes). Resultados. La percepción que las personas pueden tener acerca de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 está directamente asociada con el hecho de haber enfermado, o no, de Covid-19, pero también la medida en que esto les afectó, ya sea en lo físico, o en lo anímico. Conclusiones. Hubo quienes, sin haber enfermado (o no saber si enfermaron), se sintieron físicamente mal, ya sea por la incertidumbre de no saber si era, o no, Covid-19, o porque la vacuna les causó demasiadas molestias, mientras que hubo quienes se sintieron anímicamente mal, o anímicamente bien. En el primer caso, su percepción estuvo marcada básicamente por el temor a enfermar y, en el segundo, por una sensación de buena fortuna ante una enfermedad que causó grandes estragos a nivel mundial.
PALABRAS CLAVE:
Pandemia, Covid-19, Covid, Físicamente, Anímicamente, Investigación netnográfica, Netnografía, Escucha social, Social listening, Percepción, Efectos de la Covid-19, Aproximación netnográfica, Población hispanoparlante, Salud física, Salud mental.
INTRODUCCIÓN
“La actual pandemia de Covid-19, producida por una cepa mutante de coronavirus el SARS-CoV-2, ha generado en todo el mundo, en el siglo 21, una severa crisis económica, social y de salud, nunca antes vista” (Maguiña, Gastelo & Tequen, 2020, p. 1).
Tal como se menciona en el epígrafe, esta pandemia ha afectado, de una manera, o de otra, a todo el mundo y, como era de esperarse, no ha dejado de hacerlo en los países hispanohablantes, donde las personas se han expresado al respecto en los más diversos medios: medios de comunicación, tanto tradicionales, como digitales, así como de boca en boca o, incluso, en las redes sociales (RRSS).
Y es que, hayamos enfermado, o no, de Covid-19, esta pandemia “ha cambiado nuestras vidas” —dice la Dra. Pérez-Cortés— (2022, p. 1), quien agrega que “Como seres humanos estamos en búsqueda de un balance para seguir enfrentando la pandemia, un balance entre protegernos y realizar nuestras actividades libremente. Frente a esta disyuntiva, la prioridad es nuestra salud física y mental” (Pérez-Cortés, 2022, p. 2).
Lo anterior es particularmente transcendental entre quienes sufren enfermedades como la Diabetes, la Hipertensión, la Obesidad o el Cáncer, que es, muy posiblemente, a quienes la Covid-19 afecta más en la salud, tanto física, como mental, pues, si enferman, tienen mayores probabilidades de morir y, si no enferman, padecen gran temor de hacerlo, por lo que van desarrollando “una tríada emocional en la que el miedo, la ansiedad y la angustia, [que] se incrementa con las dificultades económicas, creando un clima de fastidio y malhumor” (Ceberio, 2021, p. 90), mismo que suele exacerbarse por el confinamiento, “que también implicó pelear por lugares de intimidad dentro de la casa” (Loc. cit.).
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cómo perciben los hispanohablantes los efectos de la Covid-19, sobre su estado de salud y su estado anímico, a 24 meses del inicio de la pandemia?
OBJETIVO DE INVESTIGACIÓN
Conocer la percepción de los efectos que ha tenido la Pandemia de Covid-19 en la salud física y mental, desde el punto de vista de los hispano hablantes, sea que hayan enfermado, o no, a dos años de que la Organización de las Naciones Unidas declarara oficialmente que la enfermedad se estaba propagando a nivel mundial, es decir que se trataba de una pandemia.
Si bien hay muchos estudios publicados en varios países del mundo sobre la percepción de los efectos de la Covid-19, es importante destacar que la percepción ha ido cambiando desde su inicio. Por ejemplo, al inicio había mucho desconocimiento y falta de comprensión, lo que se manifestaba, ya sea como incredulidad, o bien, como miedo y ansiedad precisamente ante lo desconocido (Vallejo Ruiloba, 1998, citado en Ceberio, 2021, p, 102 y Vásquez, et al, 2020, p. 11).
Han pasado ya 24 meses y la Covid-19 ha cobrado la vida de muchas personas y una grave enfermedad en muchas más. Esto ha dado como resultado que ya se tengan identificados los factores de riesgo que influyen más en el contagio, así como en el nivel de gravedad, en caso de contraerla. La relevancia de esta medición y lo que la hace diferente a las anteriores, es precisamente eso, que han transcurrido ya dos años de noticias continuas, comunicación abundante en redes sociales, tanto verdaderas como falsas, semáforos rojos, amarillos y verdes, con base en lo cual la percepción sobre la misma es considerablemente distinta, especialmente porque ahora estamos frente a la variante predominante ómicron, en una población en que la mayoría se encuentra vacunada, por lo que, de hecho, la COVID-19 es diferente a la que conocimos en diciembre de 2019 (Pérez-Cortés, 2022, párr. 5).
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
- ¿Existen diferentes percepciones de los efectos de la Covid-19 sobre la salud física y mental, a 24 meses del inicio de la pandemia: en la población hispanohablante?
- ¿En caso afirmativo, a qué están asociadas esas diferentes percepciones de los efectos sobre la salud física y/o mental de los hispanohablantes?
HIPÓTESIS
H1: Sí hay diferencias en la percepción de los hispanohablantes sobre los efectos que la Covid-19 puede tener en su salud física y/o mental, a dos años del inicio de la pandemia.
H2: Las diferencias, si las hay, en la percepción sobre los efectos que la Covid-19 puede tener en la salud física y/o mental de los hispanohablantes, a dos años del inicio de la pandemia, es muy posible que se deban a si las personas enfermaron, o no, del padecimiento provocado por el virus Sars-Cov-2.
MARCO METODOLÓGICO
TÉCNICA DE RECOLECCIÓN DE DATOS.
El estudio fue realizado mediante la técnica de investigación denominada “Netnografía[1] del tipo “Observacional”[2], que tiene la ventaja de poder observar las expresiones escritas que reflejan fielmente la percepción del público en estudio, en este caso, los hispanohablantes que se expresan sobre el tema de la pandemia de Covid-19 en las redes sociales, en general, pero más específicamente, en Twitter.
“El confinamiento de la población, incluidas las personas investigadoras, pone de manifiesto la necesidad de adaptar la metodología cualitativa, sus técnicas y herramientas, al contexto actual generado por la COVID-19. Internet y los medios o redes sociales posibilitan la recogida de datos textuales, secuencias, imágenes o narrativas sobre una realidad limitada para el acceso a ella de forma presencial” (Hernán-García; Lineros-González & Ruiz-Azarola, 2020).
A esta técnica de obtención de información se le conoce actualmente como Escucha social o Social listening, en inglés, y tiene una gran relevancia en la investigación de mercados, básicamente para conocer las percepciones que tienen sobre una marca sus consumidores. Ahora bien, para el propósito de este estudio (la percepción del público en general con respecto a la Covid-19), en el momento actual de la pandemia, resulta ideal por cuestiones, sobre todo, de distancia social y confinamiento, pues brinda acceso a “las conversaciones en canales digitales y sociales que permite medir en tiempo real los mensajes, el tono y el sentimiento que los consumidores están compartiendo” (Villaverde, Monfort & Merino, 2020, p. 106).
MUESTRA (TUITS Y RETUITS)
Se obtuvieron 1605 comentarios (tuits y retuits), emitidos por 1516 autores (tuiteros hispanohablantes) residentes en 40 diferentes países, de los cuales, los 10 primeros lugares en participación fueron los que muestra la Tabla 1, en la que se puede apreciar claramente que México y Argentina fueron, por mucho, los más participativos (65%)[3] en torno al tema.
Tabla 1. Porcentajes de participación por país
País | % de participación |
México | 36% |
Argentina | 29% |
España | 7% |
Ecuador | 3% |
USA | 3% |
Colombia | 3% |
Venezuela | 3% |
Chile | 2% |
Perú | 2% |
Panamá | 2% |
Total parcial | 90% |
Fuente: Elaboración propia.
Período de Recolección de datos
Los tuits recolectados fueron emitidos entre las 09:41 a. m. del 22 de enero de 2022, y las 05:19 p. m del día 24 de ese mismo mes (tiempo de la Ciudad de México).
Ahora bien, como el propósito del estudio era conocer la “Percepción de los efectos de la Covid-19 en la salud, tanto física, como anímica. Se utilizó, como parámetro de búsqueda la expresión «“me siento” AND “covid”», de manera que, independientemente de la gran diversidad de temas y conversaciones que pudieron haber tenido lugar durante el periodo mencionado, nuestro sistema de búsqueda (NVivo 12) solo nos diera aquellos tuits que se refirieran, justamente, a cómo se sentían en relación con la Covid-19.
TÉCNICA DE ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
Con la información recolectada se realizó un análisis contenido, basado en el método cualitativo de categorización, el cual incluye fundamentalmente dos pasos, a saber: 1) codificación[4] y; 2) categorización[5].
Esta técnica, dicho sea de paso, se considera deductiva en tanto que, luego de sistematizar la información (mediante códigos), se centra en procedimientos reductivos, con el objeto de crear criterios de definición, los cuales “se van deduciendo sistemáticamente hasta lograr una categoría central” (Díaz, 2018, p. 126), cosa que, por cierto, la versión 12 de NVivo facilita de manera muy apropiada.
RESULTADOS
Según el procedimiento arriba descrito, se codificaron todas las expresiones, y luego se categorizaron, llegando a dos grandes categorías: una que expresaba que lo dicho en Twitter correspondía a quienes Enfermaron de Covid-19, y la otra, a quienes No enfermaron, o no habían enfermado de Covid-19, hasta ese momento.
Para llegar a esas dos categorías, siguiendo dicho método, se generaron una serie de códigos, subcategorías y categorías, mismas que se presentan y explican a continuación.
ENFERMÓ DE COVID-19
En la Figura 1 podemos observar que, entre quienes enfermaron de Covid-19, hay quienes se sentían “Físicamente mal”, así como quienes se sentían “Anímicamente mal” y quienes ya se sentían “Físicamente bien/mejor”. En otras palabras, no todos los que enfermaron percibieron los mismos efectos sobre su salud física o anímica.
Figura 1. Cómo se sintieron quienes enfermaron de Covid-19.
Enfermó de Covid-19 y se sintió físicamente mal
Ahora bien, en la Figura 2 podemos apreciar que, quienes enfermaron y se sentían físicamente mal, hubo quienes percibieron que los efectos de la Covid-19: a) fueron más fuertes de lo que esperaban; b) les restaron años de vida; c) fueron fuertes, pero reconocen que habrían sido peores de no haberse vacunado; d) les afectaron demasiado; e) les hacían sentirse cada vez peor, o bien; les alcanzaron pese a haber tenido todos los cuidados.
Figura 2. Quienes enfermaron de Covid-19 y se sintieron físicamente mal
De estas percepciones llama la atención el hecho de que todos los cuidados, incluidas las vacunas, fueron insuficientes para evitar el contagio, lo cual tiene que haberles resultado un tanto decepcionante y, por otro lado, entre quienes enfermaron, hubo aquellos que no esperaban que los efectos fueran tan fuertes como los percibieron, lo cual podría guardar alguna relación con la negativa de mucha gente, tanto a las vacunas, como al confinamiento, el uso de la mascarilla y otras medidas preventivas, es decir, que pudieron haber pensado que serían menos serios los efectos. En otras palabras, se percibe cierta sorpresa y tristeza o decepción, dos emociones que “surgen a partir de pensamientos automáticos o suposiciones” (Ceberio, 2021, p. 99), no necesariamente fundamentadas más que en meras creencias —a mí no me va a pasar—.
Enfermó de Covid-19 y se sintió anímicamente mal
Por otro lado, están quienes se sentían anímicamente mal, luego de haber enfermado de Covid-19 (ver Figura 3), hubo quien se sintió a) sin motivación para nada; b) culpable, por haber dicho NO a la vacunación; c) con mayores dificultades para conseguir un empleo; d) abandonados por no poder ver a su familia o; e) incluso, quien se sentía incómodo (fastidioso), aunque no precisamente enfermo. En otras palabras, para este sector de la población parece que el haber enfermado, les hizo sentirse desmotivados e incómodos, tanto consigo mismos, como con la sociedad, como si sintieran cierto resentimiento, por encontrarse en una situación inesperadamente desfavorable, en comparación con la etapa previa a la pandemia (Buitrago, et. al., 2020, p. 98).
“Se destacan otras afectaciones adicionales como el aumento del pesimismo, sentimientos de culpa, pérdida de interés, indecisión, irritabilidad y cansancio físico” (Prada, Gamboa, & Hernández, 2021, p. 12).
Figura 3. Quienes enfermaron de Covid-19 y se sintieron anímicamente mal
Por otra parte, y más allá de los efectos negativos percibidos directamente en la salud física o anímica entre quienes enfermaron de Covid-19, hubo un sector de personas que se sintieron a) tranquilos; b) mejor, luego de haber pasado la enfermedad; c) bien, por haberse vacunado; d) porque ya no es tan fuerte la variante que predominaba en el momento (Ómicron) o; e) “bien”, pero con ciertas secuelas.
“Hasta ese momento nadie pudo, ni puede aventurar un pronóstico del final de esta historia y esto es lo que hace transitar en la más profunda incertidumbre. Los seres humanos hacemos todo lo posible por respondernos a los interrogantes que nos plantea la vida. El término porqué (sic), de hecho, es uno de los términos más utilizados en cualquier lengua y, en general, las respuestas al porque (sic) desestructuran la incertidumbre que genera la duda de las preguntas (Ceberio & Watzlawick 1998, en Ceberio, 2021, p. 106).
Enfermó de Covid-19 y se sintió físicamente bien o mejor
Finalmente, en la Figura 4 podemos apreciar que, pese a los efectos, ya sea físicos o anímicos, hubo quienes, cursando con la enfermedad, o habiéndola superado, se han sentido “bien o mejor”, ya sea porque perciben que las vacunas ayudaron a que no les fuera tan mal, o bien porque, para esas fechas (enero de 2022), “frente a la predominante variante ómicron en una población en que la mayoría se encuentra vacunada, la COVID-19” (Pérez-Cortés, 2022, párr. 2), la pandemia ya era percibida como menos dañina que en tiempos previos.
Figura 4. Quienes enfermaron de Covid-19 y se sienten físicamente bien o mejor.
No obstante, hay quien se queja sufrir de efectos secundarios (secuelas) a la enfermedad, tales como la pérdida del olfato, menor rendimiento físico o alteraciones en el ritmo cardíaco, como puede apreciarse en la Figura 5.
Figura 5. Quienes enfermaron de Covid-19 y se sienten físicamente bien o mejor, pero con secuelas.
Y es que, en efecto, como lo señalan Ponce et. al. (2020) “Hay signos crecientes de que el COVID-19 puede tener efectos persistentes, llamados secuelas en la terminología médica” (p. 155), entre los cuales se han encontrado “una disminución de la función pulmonar que podría no ser reversible, así como daños en el corazón, los riñones, el intestino o el hígado, entre otros órganos” (Loc cit.). Pero lo que más se ha difundido es el daño al sentido del olfato, tal como lo ha expresado Llamosas (2020), quien afirma que se han detectado “anomalías volumétricas y microestructurales en las cortezas olfativas centrales, sustancia blanca parcial en el hemisferio derecho en pacientes COVID-19 recuperados, generando evidencia del daño neurológico” (p. 2).
“Las secuelas y consecuencias de la COVID-19 son múltiples y engloban diferentes aspectos físicos, emocionales, organizativos y económicos, que van a requerir un abordaje multidisciplinar, transversal y colaborativo, con mucha carga de motivación, voluntarismo y optimización de recursos ante la inminente crisis financiera” (Molina-Molina, 2020, p. 71).
NO ENFERMÓ, O NO HA ENFERMADO, DE COVID-19.
Por otro lado, tenemos a quienes expresan que no han enfermado (o creen que no han enfermado) de Covid-19, o que sencillamente no saben si han enfermado, o no y, entre ellos, hay quienes se sienten (o se han sentido) físicamente mal, quienes se sienten anímicamente mal y quienes se sienten anímicamente bien (ver Figura 6)
Figura 6. Quienes no enfermaron, o no han enfermado de Covid-19
No enfermó de Covid-19 y se sintió físicamente mal
“Entre las muchas cosas que nos hace falta conocer sobre COVID-19 y el virus que la causa, el SARS-CoV-2, está la de por qué la mayoría de las personas que contraen el virus no se enferman o sólo presentan síntomas muy leves […]. También es posible que las pequeñas diferencias en el material genético de cada persona hagan que las defensas de algunos sean más efectivas que las de otros” (Díaz Alvarez, 2020, p. 13).
Ante la cita precedente es innegable que no todas las personas, aun cuando hayan entrado en contacto con el virus SARS-CoV-2 tienen que enfermar de Covid-19, y que todavía no está del todo claro quiénes sí y quiénes no, en función de factores todavía desconocidos, pero, más allá de las posibles explicaciones que puedan existir a nivel biológico, no es inverosímil que varias de las personas que se expresaron en torno al tema que nos ocupa hayan dicho que no han enfermado, o que, al menos hasta esa fecha, no habían enfermado de Covid-19 o, más aun, que mantengan la incertidumbre de haber enfermado (con síntomas muy leves), o no (ver Figura 7).
Queremos pensar que, entre quienes afirman no haber enfermado, pero sí haberse sentido mal, en el mejor de los casos, lo que nos están diciendo es que no han sido diagnosticados con esa enfermedad, tal vez porque no han requerido hospitalización y, en cambio, la han superado sin recibir mayor atención. No es fácil saber eso, especialmente en un país en el que las pruebas prácticamente nunca (al menos a nivel federal) han sido consideradas como importantes y, mucho menos, como indispensables, para tener un control cierto de la pandemia en términos epidemiológicos.
Figura 7. Quienes no enfermaron de Covid-19, o no lo saben, pero se han sentido mal, o bien, que se han sentido mal por la vacuna.
Otros son aquellos casos que atribuyen su malestar a la vacuna, pero, aunque es cosa bien sabida que esta provoca ciertas molestias en algunas personas, lamentablemente, quienes se expresaron en ese sentido, no explicaron cuál era su sintomatología, por lo que nos queda la duda de si se referían, o no, a las molestias que esta suele provocar, o si se referían a síntomas de la Covid-19.
No enfermó de Covid-19 y se sintió anímicamente mal
El sentirse anímicamente mal parece estar directamente relacionado con el miedo a enfermar de Covid-19. Al respecto dicen Vásquez et. al. (2020) que se han descubierto alteraciones en los “hábitos de sueño y el consumo de alimentos, asociadas con la crisis de la COVID-19” (p. 11) y que estas alteraciones en los hábitos del sueño han sido vinculadas con “problemas de salud mental como la depresión, irritabilidad, regulación emocional y riesgo suicida” (Loc. cit.) y, finalmente, que “el temor al COVID-19 está determinado por la ansiedad por la salud propia, la preocupación por el bienestar de los seres queridos…” (Loc. cit.), por lo que “el confinamiento y el temor al contagio del virus podrían dejar entre la población [..] secuelas que se prolongarán incluso después de que se atempere la situación actual” (Loc. cit.) (ver Figura 8).
Figura 8. Quienes no enfermaron de Covid-19, pero se sienten anímicamente mal.
No enfermó de Covid-19 y se sintió anímicamente bien
Como ya se mencionó, hubo quienes, dicen no haber enfermado de Covid-19, razón por la cual se sintieron anímicamente bien. Entre ellos, hubo quien se siente inmune a la enfermedad, o quienes consideran que lo que tuvieron fue un simple resfriado. Pero también hubo quienes se sintieron afortunados de no haberse visto afectados por la Covid-19, o incluso, quien afirma que, a partir de la pandemia le pagan más en su trabajo, lo cual es, naturalmente, motivo de regocijo (ver Figura 9).
Figura 9. Quienes no enfermaron de Covid-19, y se sienten anímicamente bien.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Es claro que la percepción que las personas pueden tener acerca de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 está directamente asociada con el hecho de haber enfermado, o no, de Covid-19, pero también con la medida en que esto les afectó, ya sea en lo físico, o en lo anímico o, como dice aquel refrán, “cada uno habla de la feria como le va en ella”.
Por otro lado, hubo quienes sin haber enfermado (o no saber si enfermaron), se sintieron físicamente mal, ya sea por la incertidumbre de no saber si era, o no, Covid-19, o porque la vacuna les causó demasiadas molestias, mientras que hubo quienes se sintieron anímicamente mal, o anímicamente bien. En el primer caso, su percepción estuvo marcada básicamente por el temor a enfermar y, en el segundo, por una sensación de buena fortuna ante una enfermedad que causó grandes estragos a nivel mundial.
Y es que, así como hubo quienes, habiendo enfermado, se sintieron físicamente muy mal, o mucho peor de lo hubieran esperado, también hubo quienes anímicamente se sintieron mal, fundamentalmente por lo que implicó en sus vidas.
En otras palabras, en efecto no todos se expresaron de la misma forma con respecto a los efectos que sobre sus vidas trajo la Covid-19, lo cual fundamentalmente depende de si enfermaron, o no de esta enfermedad.
FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Como se comenta más adelante, muy razonable suena buscar foros de expertos, abiertos al público, en los que se pueda tener acceso a sus expresiones espontáneas, para luego contrastarlas contra lo que opina el público en general, y así tener, por así decirlo, la percepción popular vs el conocimiento informado sobre el tema.
APORTACIÓN METODOLÓGICA
CON RESPECTO A METODOLOGÍA Y HERRAMIENTAS
Como habrá notado el lector, lo que se empleó en este estudio fue la combinación de dos técnicas: una de recolección de datos (eminentemente cuantitativa), conocida como Social Listening, y otra para el análisis de la información recabada, la cual es de orden predominantemente cualitativa: el análisis de contenido a través de codificación y cauterización. No obstante, vale decir que ambos pasos fueron llevados a cabo con el apoyo del programa NVivo 12; una herramienta altamente especializada para profesionales de la investigación cualitativa.
ALCANCES Y LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Como se explicó en el apartado de Metodología, el estudio se hizo sobre poco más de mil comentarios expresados en Twitter, una red social en la que, al menos el 67% de sus usuarios son personas de 24 años de edad en adelante (Mejía, 2021), y abarca lo expresado en esa red en un número acotado de horas, y con respecto al tema específico que nos interesa, por lo que no podemos dejar de mencionar lo valioso que sería complementarlo con estudios realizados en diferentes momentos a lo largo del tiempo en que la sociedad vive una situación como la de la Covid-19, o alguna otra problemática social o, incluso una situación más aplicada a, por ejemplo, la mercadotecnia y, mejor aún si pudiera complementarse con otras metodologías, aun cuando esta, a la que se denomina Netnografía (o etnografía en internet) de Redes Sociales tiene la gran ventaja de que no implica la realización de varios de los pasos de un proceso de investigación social tradicional como lo son: a) elaboración de un cuestionario, o una guía de tópicos; b) aplicación del cuestionario, o realización de las entrevistas; c) captura, o transcripción; d) codificación de las respuestas abiertas, o clasificación y organización de los archivos de transcripción y; e) procesamiento, o codificación y categorización, además de que elimina completamente el natural sesgo que suelen meter a cualquier investigación, tanto el investigador, como el encuestador / entrevistador, sin dejar de lado el que eventualmente pueden también meter el capturista, o el transcriptor, ya que este método trabaja con las expresiones espontáneas y auténticas de personas que quieren ser escuchadas (leídas) por los millones de personas que están también en la red y pueden, eventualmente leer sus comentarios.
Claro está que, en cualquiera de los métodos de investigación, el análisis y elaboración del informe implica un tiempo cuyo costo que se tiene que considerar, pero en este caso, es prácticamente el único.
Sin embargo, tan solo imaginemos lo que costaría realizar un estudio entre 1516 respondientes, mediante una encuesta online, con todo lo que esta conlleva, y ya no digamos si la encuesta fuera cara-a-cara, en 40 países de habla hispana y, más aún, si en lugar de una encuesta pretendiéramos que el estudio de corte cualitativo, bueno, ya ni para qué ponernos a hacer cuentas, si sabemos que está fuera del alcance de prácticamente cualquier presupuesto.
De cualquier manera, en nuestra opinión, mucho podría enriquecerse este trabajo si, además de mirar lo que opina el ciudadano común en Twitter, hiciésemos una exploración también de lo que se expresa en blogs o foros abiertos al público en general, dedicados al tema que nos ocupa y, más aún, si nos asomáramos a blogs o foros en los que opinan expertos, sobre todo si tomamos en cuenta que las participaciones tienen que ceñirse a tan solo 280 caracteres, los cuales no siempre (por no decir que casi nunca) son suficientes para exponer con bastante claridad una idea.
Hoy —dice RD Station (párr. 79)—, “Twitter se utiliza principalmente como una segunda pantalla, en la que los usuarios comentan y debaten lo que están viendo en la televisión, publicando comentarios sobre noticias, reality shows, juegos de fútbol y otros programas”.
Twitter vs otras redes sociales
Las diferentes herramientas de Social Listening que existen actualmente tienen la limitante de que no pueden acceder a otras redes sociales, como Facebook (a menos que sea en grupos abiertos, donde normalmente existe uno, o varios, moderadores), pero que, aun así, sin duda podrían ser fuentes importantes de información, mientras que, en Instagram, Pinterest o, incluso, TikTok, más que grupos lo que hay son muchos perfiles individuales (generalmente con pocos seguidores), así como páginas de influencers (con muchos seguidores), o ponentes habituales (speakers), o marcas que anuncian sus productos, cada uno con su respectivo número de seguidores, pero con un uso mayoritariamente comercial, más que de debate u opinión. (RD Station)
Un ejemplo de investigación realizada en Facebook sobre la Covid-19
A propósito del tema que nos ocupa en esta investigación, encontramos una que, con carácter cuantitativo, fue realizada en Facebook, misma que comentamos a continuación:
Dicho estudio fue realizado en una página de Facebook, abierta al público en general, la cual es administrada por la Secretaría de Salud, donde se presenta (se presentaba) la versión oficial sobre la situación de la Covid-19, en México, a lo largo del tiempo (https://www.facebook.com/SecretariadeSaludMX), entre otros muchos temas, y donde se abrió un espacio denominado, igual que el estudio realizado: Opinión y valoración social de la información situacional sobre la pandemia covid-19 en México (Leyva, et. al., 2020), mismo que se describe a continuación.
Título del estudio: Opinión y valoración social de la información situacional sobre la pandemia covid-19 en México.
Objetivo: Analizar la opinión y valoración social de la Información situacional sobre covid-19 en México.
Material y métodos: Estudio de caso de los primeros 30 días de la pandemia —27 de febrero al 25 de marzo de 2020—, [a través del método de encuesta online].
Procedimiento:[Mediante análisis cuantitativo] se analizaron opiniones y valoraciones de usuarios [seguidores] de la página de Facebook de la Secretaría de Salud (SSa), sobre la información situacional presentada en las conferencias gubernamentales sobre covid-19. Para el análisis, se seleccionaron días emblemáticos de la evolución de la pandemia.
Resultados: La población expresó alto interés en la información situacional relacionada con la dinámica de la pandemia, con la importancia de la respuesta de salud basada en evidencia científica y con el respeto a los derechos humanos. Las opiniones sociales se enfocaron en las formas de trasmisión, en las políticas de control de movilidad poblacional y en la capacidad de los servicios de salud, entre otros.
Último post: 3 de junio de 2020.
EL GRAN INCONVENIENTE DE INVESTIGAR EN FACEBOOK.
El gran inconveniente, como ya se comentó, es que, quien desea analizar información a través de esta otra importante red social consiste en que el investigador debe estar inmerso en un grupo, o una página, donde las expresiones básicamente responden a las preguntas o temas planteados (impuestos) por el administrador o moderador (algunas veces el propio investigador) quien hace, en ocasiones sin darse cuenta, las veces de “observador-participante” y donde, por lo tanto, las expresiones ya no son tan espontáneas, como sí suelen serlo en Twitter. Por otro lado, con respecto precisamente a este ejemplo de investigación basado en Facebook, la mayor desventaja estriba en que no son los propios participantes, sino el administrador de la página quien decide los temas de los cuales se habla en esta, así como decide también la fecha en que dejará de hablarse sobre cada tema. En este caso, más de 2 años atrás del momento en que se llevó a cabo el levantamiento de la data para el estudio que aquí se presenta.
REFERENCIAS
Buitrago, F.; Ciurana, R.; Fernández, M.del C. & Tizón, J. (2020). Pandemia de la COVID-19 y salud mental: Reflexiones iniciales desde la atención primaria de salud española. Centro de Salud La Paz, Badajoz, España. Julio de 2020. Recuperado de: https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0212656720301876?token=DB728C8DFF9200C736DD089400552FE12D89763F1ADF4BC939C053D6A564491930B45FD41DEEEC5AB125C878617F07DB&originRegion=useast-1&originCreation=20220223182640.
Ceberio, Marcelo (2021). Contexto y vulnerabilidad en la crisis del Covid-19: emociones y situaciones del durante e interrogantes acerca del después. Ajayu, Vol. 19, Nº 1 pp. 90- 126; 22/01/2021. Recuperado de: http://www.scielo.org.bo/pdf/rap/v19n1/v19n1_a04.pdf.
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[1] “La Netnografía es una investigación observacional-participante basada en trabajo de campo online. Esta usa las comunicaciones por medio de computadoras como fuente de datos para llegar al entendimiento y representación de un fenómeno cultural o comunal” (Morales, 2011, p. 38).
[2] En la Netnografía Observacional “el investigador no les informa a los usuarios sobre la investigación y se comporta prácticamente como un “agente secreto” en búsqueda de información clave para la empresa […]. Tiene como gracia que permite obtener información sobre los comportamientos e interacciones de los individuos sin intervenir en estos mismos, lo cual es una ventaja […] debido a que esta información no presenta sesgo por influencia del investigador” (Loc. cit.).
[3] Hay que decir que estos porcentajes fueron calculados tomando como base a los tuiteros de los que fue posible conocer su lugar de residencia declarado (n=418), ya que es este un dato que no todos los usuarios de Twitter proporcionan al inscribirse a esa red. No obstante, y al margen de dicha información, se revisaron y analizaron todos los tuits y retuits obtenidos.
[4] “Se entiende por codificación el proceso de transformación de los datos brutos del texto en un sistema que lo represente. Se trata de una transformación que por descomposición, enumeración y agregación permite desembocar en una representación contenido analizado” (Espín, 2002, p. 99).
[5] “La categorización tiene por objetivo suministrar por condensación una representación simplificada de los datos brutos” (Espín, 2002, p. 102).
[1] Psicólogo Social (UAM-I), Maestro en Administración-Organizaciones (UNAM), Diplomado en Publicidad (CADEC), Diplomado en Comunicación y Gestión Política (CADEC), Consultor en StratBranding. E-mail: savistrainextel@gmail.coom. ORCID: 0000-0002-6440-8916.
[2] Matemático (ITAM) y Doctorante en Comunicación y Mercadotecnia Estratégica (Universidad Anáhuac), Socio Fundador de StratBranding. E-mail: Manuel.rico@stratbranding.com. ORCiD: 0000-0003-0375-8696.
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Sergio Augusto Vistrain: cuenta con una amplia experiencia en investigación social y de mercados, utilizando métodos, tanto cuantitativos, como cualitativos y una sólida instrucción académica en las áreas de Psicología Social, Administración de Organizaciones, Publicidad y Comunicación Política, ha trabajado del lado del cliente (Conasupo, Universidad Autónoma Metropolitana y Colgate-Palmolive), y también del lado del proveedor (Newell-Nadelsticher, Investigacion Psico-Social Aplicada, Delfos Comunicación Prospectiva, Opinion Research Corporation International, Market and Pulbic Opinion Research y StratBranding).
Se desempeña en StratBranding, desde febrero de 2018, como Insights Strategist, y su mayor expertise es el análisis de información cualitativa, para una comprensión del consumidor (insights) que conduzca a la perspectiva estratégica más favorable.